Renzo Andrich entrevista a Stefano Maurizio (Venecia) >> VIDEO
Renzo. Stefano Maurizio vive en Venecia, ciudad que no necesita presentaciones, una joya italiana conocida en todo el mundo. Eres arquitecto. Pero primero cuéntanos algo sobre ti.
Stefano. Sí, soy Stefano, trabajo como arquitecto, tengo sesenta años (¡uh!). Uso silla de ruedas para desplazarme pero quizás el mayor problema es un ligero sobrepeso, lo cual me hace más difícil frecuentas las obras de construcción y subir a la barca de vela que es una de mis pasiones, mi mayor pasión. Tuve un accidente cuando tenía 25 años, por tanto, muy joven. Después seguí (había empezado a estudiar arquitectura) Seguí estudiando arquitectura con sta visión, con esta óptica de intentar mejorar la cualidad del ambiente urbano, de lo que se proyecta generalmente.
Renzo. Bueno, Stefano: en tu experiencia de arquitecto, ¿cómo diseñas para una forma accesible?
Stefano. Quizás sea una cuestión de «cabeza»: las barreras arquitectónicas están dentro de nuestro cerebro. Así que en el papel o en el ordenador no hay barreras arquitectónicas. Es importante el enfoque incial, o sea tener una cabeza que piense de modo accesible. Esto podría ser una idea para jóvenes arquitectos y diseñadores. La importancia de la accesibilidad: con el paso de la edad, cuando pasan los años, se hace cada vez más importante. Es algo que concierne realmente a todos: en mi profesión se ve a muchas personas de una cierta edad que, por ejemplo, huyen de las casas adosadas o de las casas donde vivieron durante muchos años, porque a una cierta edad es un poco más difícil de reconocer los colores o desplazarse por un tramo de escaleras, en vez de tener un ascensor que permita movimientos con más facilidad incluso a los que se mueven sobres ruedas. Este discurso de las ruedas, está convirtiéndose en algo importante también en los espacios urbanos: qué importante es hoy tener en cuenta los movimientos de los monopatines, de escúters eléctricos, de la gran parte de las personas que usan los espacios públicos con medios con ruedas más o menos pequeñas, más o menos veloces.
Renzo. Me parece que estás diciendo algo realmente fundamental, o sea, que yo como ingeniero, tú arquitecto y diseñador, nosotros tenemos una gran responsabilidad, porque podemos crear inclusión o exclusión dependiendo de cómo diseñamos un espacio, un producto, una instrumento. Me viene a la mente aquel lema que citamos a menudo cuando nos encontramos entre los trabajadores de sector: «Un buen diseño habilita, un mal deshabilita», o sea: «un buen diseño hace capaces, un mal diseño hace discapacitados”. De hecho, como a menudo decimos, y como subraya también la Organización Mundial de la Salud, la discapacidad no es un «atributo» de la persona, sino una «situación» en la que puedo encontrarme cuando mi límite se topa con alguna barrera. También la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidades no dice «el discapacitado», sino que dice “Persona con Discapacidad”: por lo tanto, una persona, con todas sus dimensiones que tiene una discapacidad en el momento en el que encuentra barreras. Stefano, ¿qué mensaje querrías dar respecto a esta responsabilidad que tenemos los técnicos? ¿Qué mensaje especialmente a las nuevas generaciones y a los que estudian arquitectura, ingeniería o diseño?
Stefano. Retomando estos conceptos de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y de otra convención (OMS) sobre el funcionamiento humano, que inciden en el aspecto de que la discapacidad puede verse aumentada o disminuida dependiendo de las condiciones del entorno circundante. Como se ha dicho antes: al pensar y diseñar cualquier cosa, desde una cuchara a la ciudad (parafraseando una exposición de arquitectura de hace unos años) es importante tener en cuenta a la mayoría de la gente, saber que se puede mejorar y así facilitar la vida de las personas o bien hacerla más difícil en cada acción que cualquier persona pueda hacer. Sobre todo nosotros, los diseñadores, que dependiendo de cómo nos imaginemos el ambiente, podemos hacer más fácil o más difícil nuestra vida y la vida de nuestros conciudadanos.